lunes, 16 de octubre de 2017

MANZANAS TRAIGO


Lo que, nos habían dicho, iba a ser un choque de trenes se está convirtiendo en una tediosa partida de naipes en la que ninguno de los contendientes acaba de mostrar sus cartas, quizá porque ninguno es ya dueño de su destino y lo único que cabe es esperar, alargar los plazos, cerrar los ojos y aguantar la respiración hasta que ocurra lo inevitable.
Creo que la mejor manera de desentrañar lo que nos espera, porque, está claro, lo que ocurra nos va a afectar a todos, es escudriñar  el futuro de cada uno de los actores de esta tragicomedia improvisada que nos ha tocado vivir y, si nos atenemos a esta estrategia, es fácil deducir que el vencedor de esta maldita crisis será Rajoy que, cabalgando en las carambolas del destino y sin apenas moverse, en la próximas generales revalidará la cómoda mayoría perdida para gobernar.
A Puigdemont no creo que le vaya muy bien, porque está quedando como el "caguanete" del belén, esquivando en un rincón las andanadas que le vienen de uno y otro lado, el fuego amigo de ERC. de la CUP o de su propio partido, todas esas declaraciones que desde hace días vienen levantando una cerca, cavando un foso, en torno a él, al tiempo que coartan su capacidad de respuesta con los grilletes de ese compromiso adquirido desde una mayoría insuficiente ante la totalidad del pueblo catalán, cada vez más desconcertado, cada vez más asustado.
Si Puigdemont hubiese respondido con cualquiera de los dos monosílabos que le requería el gobierno. sus días como presidente de la Generalitat hubiesen acabado hoy mismo. El sí rotundo conllevaría sin remedio la aplicación del artículo 155 que desembocarían, antes o después, la celebración de unas elecciones, esas que Ciuddanos, ya sin careta, quiere para ya, y a las que Puigdemont se comprometió a no presentarse. Eso, en el mejor de los casos, porque no hay que descartar que el Gobierno active contra él la inexorable maquinaria de la Justicia, la misma que anda ocupándose ya de otros actores, el responsable de los mostos y los líderes del activismo social en el "procés", la ANC y Ómnium, que, hoy mismo comparecen ante la Audiencia Nacional, investigados por delitos por los que podrían dar con sus huesos en la cárcel.
Es evidente, ya lo ha dicho, que Puigdemont no perderá unas elecciones, las que seguirán al 155, a las que no se presenta, pero sí su partido, el de la burguesía catalana, que las perderá sin remedio, si lo hace. Y las perderá en beneficio de Ciudadanos y Esquerra, en torno a los cuales se abrirá una nueva e insalvable brecha en el Parlament de Cataluña, mientras el resto, y mirad que lo siento, se lame las heridas de esta triste guerra.
Si os preguntáis qué ocurriría si Puigdemont hubiese dado por respuesta el No rotundo que Rajoy le pedía, el resultado no sería muy distinto, porque, ya se sabe, la derrota siempre se quiere lejos y ese no dado ahora, después de haber "vendido" la suspensión de la declaración como un ardid táctico, no podría ser visto por los suyos más que como una derrota.
Vencedores y vencidos, todos, salvo los políticos que, por acción u omisión, nos han traído hasta aquí, hemos perdido, económica, moral y socialmente, porque ya nada va a ser igual, porque, a uno y otro lado del Ebro, se han despertado los peores fantasmas, se han sacado todas las banderas y azuza el perro del odio sin sentido.
Quizá por eso o, simplemente, en uso de la astucia que le recomendaba Junqueras y con la intención de ganar tiempo, apenas de veinticuatro horas después de recordar a Lluís Companys, allá donde fue fusilado hace setenta y siete años, esperando quizá el reconocimiento internacional que aún no ha llegado, ni parece que vaya a llegar, su respuesta a Rajoy, el mismo día en que se podría decretar prisión para Trapero, Sánchez y Cuidar, no ha sido sí ni ha sido no, sino ese "manzanas traigo" en forma de oferta de negociación. Como diría mi amigo, el poeta Juan Cobos Wilkins, "el mundo se derrumba y tú escribes poemas". l menos que sean de amor o entendimiento.  

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Un artículo magistral ...