jueves, 17 de noviembre de 2016

AJUSTES DE CUENTAS


El de ayer quedará para la historia de la política española como aquella noche de los cuchillos largos, aquellos terribles días con sus respectivas noches, en los que las tropas de asalto de Hitler acabaron con la vida de todo aquel que pudiese hacer sombra o poner en peligro el poder unívoco y absoluto que el delirante dictador necesitaba para cumplir sus planes.
Ayer, por ejemplo, en el grupo socialista del Congreso, se comenzaron a ejecutar los edictos firmados por la Gestora del PSOE, claramente inspirada desde el Palacio de San Telmo, en las cercanías del sevillano Parque de María Luisa, para castigar a aquellos diputados díscolos que, obedeciendo a su conciencia, votaron NO a la investidura de Mariano Rajoy para esta presidencia en la que, a pesar de sus buenas palabras, sigue haciendo de las suyas y amenaza ya con más recortes y dolor para nosotros los españoles que, en esta ocasión, no le premiamos dado la mayoría absoluta.
Es de suponer que el brazo ejecutor de este castigo haya sido el portavoz Antonio Hernando, pero nos tenemos que conformar con suponerlo, porque dejó sola ante el peligro y los micrófonos a su segunda en el grupo, Isabel Rodríguez, a la que también toco lidiar con el "digo Diego" del digo de Hernando que horas antes justificó hasta el absurdo una segunda abstención socialista para, esta vez, "premiar" a Jorge Fernández Díaz, reprobado como ministro por todos los grupos menos el suyo, con la lujosa presidencia de la Comisión de Exteriores.
No me extraña la ausencia de Antonio Hernando, porque en menos de un mes se ha convertido en el más torpe y felón de los diputados, una especie de robot sin moral ni pensamiento que únicamente actúa con el correspondiente software, intercambiable y reprogramable.
Ajuste de cuentas, aún incompleto, dentro del grupo socialista y ajuste  de cuentas con el ex ministro de la porra, los enredos, las conspiraciones y la ley mordaza, que recibía con "santa" indignación el veto con freno y marcha atrás de PSOE y Ciudadanos, casi al mismo tiempo que la justicia absolvía, muchos meses después, al concejal madrileño Guillermo Zapata que, pese al empeño de Fernández Díaz, nunca debió ser juzgado y al que, juzgarlo, nos ha costado cien mil euros s todos los españoles.
Zapata, "podemita" señalado, había sido objeto de una terrible persecución y acoso mediático, no por aquellos torpes tuits irrespetuoso con el dolor de las víctimas del terrorismo, sino porque constituía un flanco débil en el que golpear al ayuntamiento de Carmena.
Y se emplearon a fondo, porque, si algo tiene el PP y aquellos a los que sirve es que con Podemos no caben las componendas, los pasteleos que, como el acuerdo firmado con el PSOE de Hernando y con Ciudadanos, sólo fueron denunciados por los recién llegados al Congreso, con tanto éxito, que, al final, forzaron la rectificación de tan vergonzante postura de los socialistas y los de Rivera.
Sin embargo, ojo, porque Podemos no es un oasis de Paz ni, mucho menos, de buenas maneras, porque Ramón Espinar, flamante vencedor de las recientes elecciones internas en Podemos Madrid, ya se ha encargado denunciar a los cuatro vientos que, haciendo valer su poder, que no su derecho, va a "liquidar" a quienes fueron sus rivales en esas elecciones. Triste, muy triste, porque yo pensé que Stalin había muerto dos años antes de venir yo al mundo y bastantes décadas antes de que lo hiciesen Pablo Iglesias y la mayoría de sus compañeros.
Tristes, muy tristes, todas estas cazas de brujas, todos estos cuchillos largos, todos estos ajustes de cuentas, salvo el merecido de Fernández Díaz, pero especialmente el que el intrépido Ramón Espinar está llevando a cabo en Podemos Madrid. La verdad, no lo esperaba.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

En todas partes cuecen habas...