jueves, 25 de octubre de 2018

MENTIRAS, ODIOS Y BOMBAS


¡Qué curioso! Resulta que Pablo Casado nació en la aburrida Palencia, que me perdonen los palentinos, amigos o no, tres semanas antes de que Armada, Tejero y compañía se levantaran contra el poder establecido en España con un golpe de Estado, con soldados y todo, afortunadamente frustrado, del que la imagen que todos tenemos en la memoria, la imagen "icónica" que diría algún indocumentado, es la de un guardia civil bigotudo, pistola en mano, subió a la misma tribuna desde la que ayer él, enardecido quizá por el contacto con su héroe, Aznar, mintió con todo el descaro y la irresponsabilidad de la que fue capaz, que fue mucha, para acusar al jefe del gobierno de España nada más y nada menos que de participar en un golpe de Estado que sólo está en su mente calenturienta y en la de sus socios y palmeros -sí, palmeros- que un día sí y otro también reinventan la verdad a tanto la noticia tergiversada, la columna exagerada o la tertulia crispada y crispadora.
Aquel golpe frustrado no tuvo consecuencias, salvo quizá la de sumirnos en un baño de realidad que, como pude comprobar detrás del mostrador del comercio de mi padre, acabó de golpe, nunca mejor dicho, con la añoranza del dictador que, con aquel terrible "con Franco vivíamos mejor, se extendía como una mancha de aceite, gracias a la maldad de algunos y la irresponsable simpleza de otros. No las tuvo para la gente como yo, ni las hubiese tenido para un recién nacido como él que, ni por cuna ni por edad, hubiese tenido nada que temer.
Quiero decir con esto que la experiencia del elegido por el PP para conducirle al futuro sobre golpes de Estado es tan de oídas como su trabajo fin de máster. Por eso miente, por eso mintió ayer con esa alegría, inventándose una figura, la del golpe de Estado que, sin movilizar a militares ni gente armada, sin cambiar nada, nacería de un resultado electoral y de la ocupación de la presidencia y la mesa del parlamento catalán para bloquear su funcionamiento, algo parecido a lo que su hoy repudiado Aznar hizo con el Congreso de los diputados que dirige y amordaza su compañera de partido Ana Pastor.
Lo que les ocurre a Pablo Casado y sus mentores es que siguen sin digerir el resultado de la moción de censura que sacó a Rajoy de La Moncloa, que no dan por democrático un procedimiento legal y legítimo en el que el absolutismo del PP pagó, todas juntas, las consecuencias de tanto despotismo, de tanta inacción y de tanto desprecio. El resultado, se lo concedo, señor Casado, puede equipararse al de un golpe que desaloja a un tirano o lo que quiera que fuese Rajoy, pero hasta ahí los parecidos. Lo que le ocurre a la gente que apoya al PP, a Ciudadanos y a VOX es que no conciben otro gobierno que el de los de su clase y llevan muy mal haber perdido sin previo aviso los cargos y los sueldos que todo cambio de gobierno conlleva.
Por eso, Casado, verbalizando un pensamiento tan bizarro, ha pretendido colgar, con total deslealtad sin la más mínima prueba, el sambenito de golpista, una acusación tan grave como aquella que hizo Rajoy, acusando a Zapatero de "traicionar a los muertos" cuando trabajaba para poner fin a ETA, que no puede más que generar odio en quien, sin pararse a pensar en nada más que en su rencor y en su falso victimismo, elige canalizar ese odio vete a saber cómo. Sin ir más lejos eso es lo que ocurre en todos esos machotes que creen lo que les dicen esos otros machotes con columna de prensa que acusan a las mujeres que eligen defender sus derechos de "feminazis", gante a la que de vez en cuando "se les va la mano" y matan a una.
No. No se puede mentir gratis y harían bien los tribunales en dejar de perseguir a blasfemos y raperos para ocuparse de toda esa gente que gota a gota, falsedad tras falsedad, palabra a palabra, pretenden cambiar la realidad y la Historia.
Lo digo porque no sería descabellado que uno de estos iluminados atacase cualquier día a quien han acusado de golpista y, si no lo tiene a su alcance, a cualquiera de sus compañeros. Lo acabamos de comprobar en Estados Unidos, donde Trump, después de meses, de años, sembrando su odio y sus mentiras, acaba de recoger su primera cosecha de bombas, afortunadamente detectadas a tiempo.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Bien expuesto ...

Saludos
Mark de Zabaleta