Aunque tratan de convencernos de lo contrario, incluso desde
el idioma, decir no está muchas veces más cerca de construir que humillarse en
síes que anulan y someten, De hecho, el ser humano, de niño, comienza a afirmar
su personalidad con noes, a veces solo con gestos, a veces con esa sílaba única
con que dos de cada tres griegos que votaron ayer dijeron basta a las penurias
impuestas desde Bruselas.
Ayer, yo había puesto mis esperanzas en la victoria del
"OXI", entre otras cosas, porque ya era hora de que alguien dijese NO
a la fría burocracia de Bruselas, no desde el egoísmo de quienes no quieren
compartir, sino el de quienes están cansados de quedarse siempre la botella
medio vacía, empujados por gobernantes más pendientes de su bolsillo y el de
sus amigos que del bienestar de quienes les han dado sus votos.
El gobierno y el pueblo griego dieron ayer una lección de
democracia. Los griegos dijeron NO a esa terrible austeridad sin esperanza que
hace ya seis años les impuso la troika, la misma troika que acabó con el
socialdemócrata Papandreu por haber tenido la osadía de proponer una consulta
similar a esa en que ayer se expresaron los griegos.
Después de conocer el resultado de la consulta, mucho más
amplio, incluso, de lo esperado, no queda más remedio que ponerse a pensar en
qué sería Europa, la Unión Europea, si todas y cada una de las decisiones transcendentales
que afectan a cada uno de los países que la integran se hubiesen consultado a
sus ciudadanos. Qué sería de Europa y de Grecia, si ese referéndum que
Papandreu no fue capaz de convocar o qué sería de Europa, de España y de los
españoles, si Zapatero hubiese tenido el coraje de someter a una consulta
democrática esa reforma del artículo 135 de nuestra constitución, por el que se
antepone el pago de la deuda, no siempre lícita, al bienestar de sus
ciudadanos.
Desde ayer no nos queda otro remedio que pensar en cuál será
después del NO griego, la posición de los PIGS, los cuatro países, Portugal,
Irlanda, Grecia y España, condenados de antemano por el resto a pagar con paro
y recortes los pecados consentidos por la troika de sus gobiernos. No nos queda
más remedio que pensar e cuántos parados menos habría o cuánta más riqueza se
hubiese podido crear si sus gobiernos hubiesen tenido otras prioridades que
liquidar a marchas forzadas un déficit muchas veces forzado por sus socios
europeos.
Tampoco puedo dejar de pensar en las consecuencias de esta
decisión de los griegos que frente a las amenazas, al asedio, corralito
incluido, a la descomunal campaña por el "SÍ" desde dentro y fuera de
Grecia, a las amenazas, frente al desprecio de personajillos como Rajoy o su
televisión mercenaria al primer ministro elegido por los griegos, pese a todo
ello, estos han decidido salvarle y, con él, salvar, si no su prosperidad, sí
su dignidad como país.
Por más que, tras el referéndum y como algunos dicen, Grecia
vaya a perder, quien más pierde es el desequilibrante bipartidismo europeo,
acostumbrado a trapichear con los cambios y a mangonear en las decisiones
importantes. Un bipartidismo, éste de conservadores y tibios socialdemócratas,
que ha combatido de manera vergonzante al rebelde Tsipras, para aplastar en él
cualquier asomo de cambio en los PIGS que ponga en peligro su hegemonía de
medio siglo. Finalmente, Grecia se ha puesto en pie y, pase ya lo que pase, ha
señalado el camino para los demás.
Grecia ha dicho a sus socios en Europa y al mundo que la
dignidad de un pueblo está por encima de los intereses propios y ajenos, por
encima de las presiones externas e internas, por encima incluso del dolor. La
dignidad es lo único que queda cuando todo lo demás se ha perdido, la dignidad
es la que lleva a los hombres a decidir su destino, dejar claro que su hambre y
sus penurias son suyas. Los griegos dieron ayer, levantándose en votos, sin un
sólo gesto de violencia, toda una lección de dignidad y democracia que a los
europeos les va a costar olvidar. Lástima que, para la nueva etapa que comienza
el coraje de Varoufakis haya desaparecido, aunque sólo sea de la primera línea,
con su dimisión. Le vamos a echar de menos, vamos a echar de menos a ese
valiente que plantó cara en solitario a tanto burócrata desalmado, hasra sacarlos de sus casillas.
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1 comentario:
"Los países europeos deberían aprovechar lo ocurrido para juntarse en la mesa de negociación, tomar nota del fracaso del euro y la austeridad y organizar la disolución del sistema de la moneda única, necesaria para volver a un auténtico crecimiento, empleo y reducción de la deuda" (Marine Le Pen)
Y tiene algo de razón....
Saludos
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