No sé si hago bien en escribir sobre este asunto. Sobre todo
después de tener noticia del comunicado de los hermanos Almodóvar, advirtiendo
de vigilará lo que se publique respecto a su presencia en los nuevos papeles
filtrados a WikiLeaks y obtenidos de un despacho de abogados con sede en
Panamá. No sé si hago bien en arriesgarme a hablar de la presencia de sus nombres en algunos de esos once millones de documentos filtrados, junto a otras "personalidades" de la vida pública española que, en algún
momento, han tenido o tienen dinero invertido en lo que se denomina sociedades
"offshore", en español ultramar, algo que, hablando de capital,
equivaldría a la tan criticada "deslocalización" de los medios de
producción.
Aseguran en su comunicado los hermanos Almodóvar, que son
los que más rápidamente y con más contundencia han reaccionado a las
informaciones adelantadas por El Confidencial y La Sexta que están al corriente
de pago de sus obligaciones fiscales en España y no será yo quien lo ponga en
duda, porque, de otro modo, las garras de Montoro, no la lengua, que ya lo ha
hecho, habrían hecho presa en él. No lo dudo, pero, a mis puritanos ojos de
votante de izquierda, educado en una familia católica practicante, tener el
dinero o parte del dinero en una de esas sociedades radicadas en pequeños
países sin apenas población, llenos de bancos y sociedades que nada producen en
ellos y que sólo mueven el dinero a la búsqueda de unas ventajas fiscales que,
si no ilegales, si son poco o nada éticas.
Si he comenzado hablando de Almodóvar, ha sido porque, al
margen de su advertencia, me provoca hacerlo la enorme decepción que en mí ha
causado ver a Pedro Almodóvar, siempre rebelde, siempre al lado del
progresismo, en una lista, junto a la tía del rey Felipe, la esposa del ex
ministro Cañete y sus hermanos, los Domecq, o al maravilloso futbolista de
turbias finanzas Lionel Messi. Nunca lo hubiese imaginado y aún me cuesta creer
que lo haya hecho, no porque no le crea capaz de hacerlo, sino por el daño en
su imagen que provoca en sus admiradores. No me han sorprendido tanto otros
nombres como los de Pilar Borbón, hermana del rey Juan Carlos y esposa de uno
de los fundadores de un importante despacho de abogados que se ofrece diciendo
que "tiene como objetivo aportar valor a nuestros clientes
mediante estrategias legales innovadoras y de éxito". Tampoco me
sorprendió en el caso de Micaela Domecq y sus hermanos, porque Micaela y su
marido, Miguel Arias Cañete, hoy comisario en Bruselas han estado al frente de
empresas de ética dudosa, como esas gasolineras piratas ancladas frente a
nuestras costas que suministran a cuantos buques lo demandan combustible barato
procedente de Gibraltar.
Y qué decir de Messi y su padre que han vuelto a traicionar
una vez más la imagen que del jugador del Barça tienen sus seguidores. Ya
quisiera yo que su ética en la vida real fuese la décima parte de su genialidad
en el campo. Messi y los demás son de esos que piensan que lo suyo es suyo y
que no se paran a pensar que sus taquillazos, sus derechos de imagen, sus
salarios, los suculentos beneficios de sus negocios o sus asignaciones
provienen de lo que pagamos el resto de ciudadanos en impuestos o en entradas,
ciudadanos que las están pasando de todos los colores, entre otras cosas,
porque en la vieja Europa y no sólo en ella, llevarse a las islas Vírgenes, las
Caimán o cualquier otra la espuma del beneficio que sobrenada de la
fermentación de los ciudadanos que dependen de un pequeño negocio, una pensión
o una nómina.
Almodóvar tiene todo el derecho a defenderse de que su
nombre figure, junto al de personajes tan siniestros como Putin o algún otro de
los que han aparecido en la nómina de los papeles del despacho Mossak &
Fonseca, una especie de supermercado de trampas financieras. Tiene tanto dinero
a hacerlo como nosotros a cabrearnos después de saber de sus "talones
lejanos". Yo, le pese a quien le pese, con esas “advertencias” o sin
ellas, pienso seguir diciendo que, aunque ahora esté en paz con la ley, lo suyo
en aquellos años de su particular “boom” no fue ético.
1 comentario:
Y esto sólo es una pequeña parte....
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