viernes, 8 de abril de 2016

EL CLUB DE LA COMEDIA


A estas alturas de la cosa, todos sabemos o deberíamos saber lo que podría ser y lo qué sería del todo imposible y, sin embargo, unos y otros se empeñan en explicarnos si son galgos o son podencos, ahora que ya tenemos el aliento de los perros en nuestras nucas. La de ayer, una reunión no tan larga como algunos esperaban, apenas sirvió para dictaminar que el paciente sigue vivo y ya se sabe que mientras hay vida hay esperanza.
Sé que es poco, que es apenas un consuelo, pero el que no se hayan tirado los papeles a la cara no deja de ser un buen síntoma, más. cuando al socio imprescindible en cualquiera otra alternativa cada día le crecen los enanos en los juzgados. Y es que no es lo mismo leer lo que hablaba la concejala Halcón de Rita Barberá con su hijo que escucharlo en su propia voz y, ahora que toso lo hemos escuchado y que sabemos que lo de la rebaja del déficit no era más que una patraña, a Rajoy le va a resultar difícil presentarse como la solución de nada.
Quedan diecinueve días, con sus soleados fines de semana por medio, para llegar a un acuerdo de gobierno y, visto cómo ha corrido el tiempo hasta ahora, esos diecinueve días son apenas un suspiro que no sé si va a dar para algo tan difícil. 
Bien es verdad que, si Ciudadanos que, ahora que se ve guapo en las encuestas, saca pecho y se va de la mesa de negociación, a Pedro Sánchez le quedaría la baza de intentarlo con la izquierda y con los nacionalistas, anatema para muchos de sus barones, una decisión valiente para una legislatura difícil, pero, en cualquier caso, necesaria para este pobre país de políticos corruptos, con una familia real de moral más que distraída.
Aún no sabemos qué le ha parecido a Pablo Iglesias la acogida de Ciudadanos y PSOE a su catálogo de rebajas. Hábil como siempre, se guardó para la mañana de hoy, con tiempo de procesar lo dicho por sus compañeros de mesa y lo publicado y comentado en los medios desde anoche, pero sabemos ya que no renuncia, y bien que hace en ello, a la consulta a los ciudadanos de aquellas comunidades autónomas que quieran redefinir su presencia en España, algo que, no sé en el caso del PSOE, más radical ahora en su oposición a ello que hace unas décadas, pero sí sé que, para Ciudadanos, sería "casus belli".
Tiempo habrá para conocer realmente lo que se dijo y cómo en todas las reuniones celebradas hasta ahora, incluida la de ayer tarde, algo que, por otras experiencias, sabemos que tiene poco que ver con lo que se cuenta en esas ruedas de prensa en las que el cansancio cabalga a sus anchas a uno y otro lado del atril. Lo que es fácil deducir es que nadie es sincero del todo, que siempre surgen en ellas propuestas de difícil digestión que, como Iglesias tras su último encuentro con Sánchez, se anotan y se callan, para digerirlas aparte con los más estrechos colaboradores.
Por saber, sabemos que a PSOE y Podemos no les conviene romper la mesa y que están obligados a explorar cualquier posibilidad, por pequeña que sea, de salvar un acuerdo, en el que se juegan los escaños que ahora tienen y que podrían ser menos en unas nuevas elecciones. Sin embargo, es fácil deducir que a Ciudadanos lo único que le interesa es no ser el primero en levantarse de la mesa, ni siquiera romper con el PSOE, que sería su gran coartada en el caso de cumplir con el encargo del IBEX 35, formando esa "gran coalición" con la que los intereses de los empresarios y el gran capital quedarían a salvo de las veleidades de una izquierda crecida. Por eso quienes toman la palabra en el partido de Rivera comienzan a desmarcarse, en la palabra o el gesto, de lo que tenga que ver con ese quimérico acuerdo a tres. De momento, unos y otros, siguen callando y fingiendo, siguen en su particular "club de la comedia".

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Cara a la galería...


Saludos