Algún día sabremos por qué Ana Botella cesó ayer a su
vicealcalde Miguel Ángel Villanueva. Habrá que esperar y ese compás de espera
quizá lo marque la instrucción del sumario que, está claro, ha avanzado mucho
y, al parecer, bien en el esclarecimiento, no ya de los hechos, sino de las
causas y no me asombraría en absoluto que el señor Villanueva acabase entre los
imputados por el juez que instruye el sumario. A este respecto no hay que
olvidar que la de la imputación fue la barrera sugerida por Ana Botella para el
cese de sus concejales y parece claro que alguna noticia, algún indicio, tiene
la alcaldesa de que eso puede pasar, porque la decisión ha sido tan inesperada
como fulminante.
La verdad es que la "señora de" Aznar ha tenido
mala suerte. Tanto empeño en llegar a la alcaldía de Madrid, tanta maniobra a
largo y medio plazo para colocarla en disposición de alcanzarla y al poco de
llegar tiene la mala suerte -peor la tuvieron las cinco jóvenes muertas- de que
una tragedia, la del Madrid Arena ponga al descubierto la caótica y chapucera,
cuando no delictiva, gestión de algunos organismos municipales y, lo que es
peor, ponga también al descubierto su nula preparación, su falta de liderazgo
y, siendo generoso, su bisoñez para asumir una responsabilidad tal como la de
manejar una ciudad como Madrid y su presupuesto.
Ana Botella debería ser consciente de que está donde está
más por ser la esposa de Jose Mari y por el temor o respeto que en el Partido
Popular aún le tienen al ex presidente que por méritos propios. No todo es
ganar unas oposiciones, cambiarle el final a los cuentos clásicos o enfatizar
una de cada tres o cuatro palabras en sus discursos. Para dignificar el cargo
que ocupa después de tanta carambola tramposa, le haría falta la capacidad de
tomar la iniciativa, de hacerse con el control de los resortes que hay que
mover y saber mover en una crisis. Eso es lo difícil. Lo fácil es empollar un
dosier sobre la candidatura olímpica o sobre las gaviotas reidoras del
Manzanares. Tan fácil o tan difícil como aprobar unas oposiciones. Ahora bien,
una rueda de prensa comprometida es otra cosa, como pudimos comprobar en
aquellas penosas comparecencias en las que otros daban las respuestas o se las “soplaban”
en whatsapp.
Ha quedado claro que desde aquella trágica madrugada de
noviembre, la alcaldesa ha trastabilladlo y ha pisado todos los charcos que
quedaban a su alcance, perdiendo pie en cada uno de ellos. Y ha quedado claro
también que la señora Botella es tan trasparente, en sentido peyorativo, claro,
y tan hueca como su apellido. No bastaba con dar pésames y pedir disculpas.
Tuvo su gran oportunidad en la comisión de investigación que a regañadientes y
muerta parió en el ayuntamiento. La tuvo y la desperdició. Ahora, como en la
reveladora película de Richard Fleischer, el destino está alcanzando a cada uno
de los responsables de aquello y, con aquella comisión, se desperdició la
oportunidad de separar las manzanas podridas de las sanas y las
responsabilidades que hayan de asumir sus ediles, llámese como se llame su
cargo, que también en eso hay trampa, salpicaran a todos los consentidores.
La todavía alcaldesa lo fía todo a la huida hacia adelante
de la candidatura olímpica, No puedo creer que conserve alguna esperanza de
ganar los juegos para Madrid. Probablemente, como acostumbraba Gallardón, lo de
aspirar a organizarlos sea más bien una terapia para olvidarse de lo importante.
Pero dudo que se los den a un Madrid en plena crisis, frente a un Estambul
emergente o a un Tokio que ya pasó su calvario. Y más, sabiendo que el Madrid
Arena asesino, o la Caja Mágica y congeladora son parte de las infraestructuras
diseñadas para los juegos.
No creo que la alcaldesa llegue en su cargo mucho más allá
del veredicto del COI en septiembre. Está claro que, digan lo que digan, la
botella está medio vacía.
Puedes leer más entradas de "A media
luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario