Erre que erre, los dirigentes del PP con mando en plaza en
la calle Génova siguen empeñados, no en negar lo que se está publicando estos
días, si no en ponerse a salvo negando tener conocimiento de ello. Es una
estrategia tan débil y tan infantil que esos braceos desesperados apenas le dan
para salir a la superficie y tomar el aire justo para aguantar hasta que la
siguiente ola de tinta, quizá la definitiva, les arrastre irremediablemente al
fondo.
La primera gran ola, después del desgaste que ya supuso el
conocimiento de la existencia de veintidós millones de euros en cuentas
controladas por su ex tesorero en Suiza, fue el afloramiento en la prensa,
concretamente en las páginas de EL MUNDO del pasado jueves, del pago de sobresueldos
en dinero negro a algunos cargos del PP desde hace veinte años. La cúpula del
PP se empleó a fondo en ese "no me consta" multidifundido y en tantas
bocas y en otras declaraciones tan estrictas y vacías que, como la ropa almidonada
en exceso, acaban por volverse incómoda, cuando no molesta. Hoy lunes, después
del poco éxito obtenido por Jorge Verstrynge, ex secretario general de Alianza
Popular, hoy apestado para la derecha, ratificando la existencia de esos pagos,
ha sido otro ex diputado, Jorge Trias Saigner, quien en su tribuna para EL
PAÍS, "Sombras o certezas" , confirma con nombres y
apellidos, después de dejar clara su relación con Bárcenas, la existencia de
esos pagos denunciados en la prensa.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal,
acaba de pasar como sobre ascuas por esta "confirmación" del asunto
y, todo lo más, ha blandido contra él la amenaza de acciones judiciales que
vienen blandiendo, aunque más tímidamente que en otras ocasiones, todo hay que
decirlo, contra algunas de las informaciones, declaraciones y opiniones que se
vienen produciendo al respecto.
Hoy -acabo de escuchar a Cospedal- el casi ridículo "no
me consta" se ha tornado en un "no sé" o un "no he
hablado" para poner a salvo la virginidad de la secretaria general en el
asunto. Sin embargo, quienes conocen los entresijos del partido y su sala de
máquinas saben que Cospedal se las ha visto más de una vez con el entonces
tesorero Bárcenas, lo que permite deducir que algo sabía de todos o parte de
los tejemanejes de Bárcenas, no sé si por alguna investigación interna, porque
había sabido o le habían contado o por la investigación judicial de la trama
Gürtel -que debemos, no lo olvidemos, a Baltasar Garzón- lo cierto es que,
aunque discreta y no totalmente, le fue apartando de su cometido en el partido.
De confirmarse está cirugía de Cospedal, que de haber
eliminado el tumor, no eliminó las metástasis, Cospedal estaría tan manchada
como el resto de los implicados, porque, si dejó de confiar en Luis Bárcenas,
por todo lo que sabía o sólo sospechaba y, si como dice no tiene que ver con el
PP, debería haber ido con ello al juez, cosa que no hizo, sino que, por el
contrario, alguna que otra traba pusieron al procedimiento abierto por la
Gürtel.
No sé que persigue la cúpula del PP haciéndonos creer que no
existe esa bomba de tiempo que tiene en sus armarios ¿Acaso se comporta como
las avestruces o los niños que interpretan que tapándose los ojos se vuelven
invisibles y se salvan? Me cuesta creer que son tan simples. Creo que sólo
están ganando tiempo, diseñando quizá una lista de buenos y malos con que van a
saldar este asunto. Pero también creo que ni hay tiempo ni salida honrosa para
un partido que ha sido "pillado", no una, sino varias veces en lo
mismo, con los mismos nombres y parecidos métodos, salvándose por la campana,
al filo del KO, mediante triquiñuelas jurídicas más o menos exitosas que
pararon el caso Naseiro y amputaron una pieza fundamental del caso Gürtel y les
han permitido "ir tirando" hasta llegar al gobierno con toso ese
perdón ciudadano que hoy se ha vuelto rabia.
Decir que no les consta, que no saben, que no existen en el
PP ni dinero negro ni caja B ya no les sirve, porque la doble contabilidad
nunca se lleva al Tribunal de Cuentas, pertenece al secreto de familia y nadie
lo reconocerá si no es con evidencias palpables. Sin embargo, creo que aquí hay
material suficiente para que un juez valiente se meta en Génova, 13 y levante
las alfombras y mire detrás de los armarios. Rubalcaba dijo ayer que el PSOE
iba a llevar el asunto a la Audiencia Nacional. Ya está tardando.
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1 comentario:
Totalmente de acuerdo, esto es como, "yo no he sido" o "pues tu mas", y todo el mundo echando balones fuera, agarrados como garrapatas al poder, a la supuesta vocación de servicio público. Mas bien parece que están a "su servicio", al de uno mismo. No se que necesita más la gente para salir a protestar. Abrazos
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