Menos mal que las campañas electorales sólo duran dos
semanas. Menos mal o menos bien, si es que así puede decirse, porque esas dos
semanas que cada cierto tiempo nos caen encima se convierten en una especie de
parques de atracciones en nuestras vidas en los que los políticos, casi todos
ellos, nos mienten y nosotros, casi todos, nos dejamos engañar. Son catorce
días en los que nos mienten gratis o, siendo caritativo, nos exageran y
deforman la verdad gratis y nosotros nos creemos que creerles nos sala gratis.
Lo único que no sale gratis esos días, porque resultan tan caras como inútiles,
son las encuestas, que cada vez aciertan menos, pintando un retrato de brocha
gorda y siempre interesado de la voluntad de los ciudadanos.
Lo malo es que la fiesta, la excursión a la Isla Fantasía de
las promesas, acaba por esfumarse y al día siguiente de las votaciones, la
realidad dura y contumaz vuelve a llamar a nuestra puerta, con los mismos
problemas de siempre y la misma falta de claridad de ideas para solucionarlos
de los de siempre. Hoy lunes los catalanes tendrán los mismos problemas en los
colegios de sus hijos, las mismas carencias de servicios sociales, el mismo
deterioro en la enseñanza universitaria, las mismas y caras tarifas de las
autopistas, el mismo paro, los mismos desahucios, el mismo desmantelamiento de
sus hospitales y centros de salud y no sólo eso, porque también tendrán a los
mismos incapaces para no dar solución a sus problemas.
Resulta muy curioso que, después de tanto darle vueltas a
los resultados de ayer, perece que nadie haya visto el más palpable y, a mi
parecer, más grave de los resultados. Lo vio desde un primer momento una de mis
"amigas" de Facebook: la izquierda que debería movilizar a los ciudadanos,
la que debería defender los intereses de los más débiles, la que debería
defender lo público, impidiendo que pase a manos privadas tiene cada vez menos
fuerza, si no en las urnas -aún no he hecho cuentas- sí en los parlamentos.
Ese es el problema, la gran movilización social, en marcha
desde el 15-M, no tiene traducción en las urnas, porque unos, los socialistas,
dieron la espalda a los ciudadanos y están pagando su pecado en las urnas y los
otros, IU y aledaños no consiguen despegar en los parlamentos porque el plomo
de la Ley Electoral les pesa en las alas.
Al contrario que mi amiga virtual, yo no creo que la
sociedad se haya vuelto conservadora. Lo que sí creo es que la mayoría que
debería defender lo público, porque conoce realmente su valor, está, de cara a
las urnas, desencantada, desmovilizada, desorientada y falta de líderes. Es
más, creo que, hoy más que nunca, necesitamos a alguien que fuese capaz de
liderar la travesía del desierto que nos queda por hacer, si alguien tuviese la
honradez, la claridad de ideas y la paciencia necesarias para reconquistar el
espacio natural de la izquierda en los parlamentos, modificando de una puñetera
vez esa ley electoral excluyente que, con la inestimable colaboración, por
acción u omisión, de los socialistas, ha servido para dejar fuera de juego
cualquier asomo de discurso igualitario.
Hoy es el día después de una consulta electoral en Cataluña
que, al final, no ha sido tan trascendente como parecía, aunque quizá su
trascendencia esté en no haberlo sido en el sentido que Mas pretendía.
Hoy pasan un año y seis días desde que el PP gano las
elecciones generales con un programa que sistemáticamente ha incumplido y hoy,
aquí en Madrid, los profesionales de la sanidad están en huelga porque el
gobierno del PP pretende vender los hospitales y gran parte de los centros de
salud de la Comunidad a empresas privadas con sospechosas conexiones con el
gobierno, hasta hace nada de Aguirre y hoy de Ignacio González. Como muestra
basta este significativo botón: el responsable de los hospitales públicos de la
Comunidad de Madrid viene directamente de las empresas a las que pretende
venderlos. O sea, la zorra cuidando las gallinas.
Duro ¿verdad? Ojalá trances tan duros nos lleven, la próxima
vez que nos toque votar, a pensar, no en lo que nos prometen, sino en lo que
vamos a necesitar el día después.
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2 comentarios:
Gracias Javier por acordarte de nosotros.Esta noche nos encerramos todos los centros de salud(nosotros llavamos haciéndolo dede el día 21).Si puedes me gustaría que te pasaras un rato y charlásemos sobre este asunto.Un abrazo.Olga
Gracias a ti por estar ahí. Me acerqué a verte, pero llegué tarde, las diez y cuarto, porque ya estaba cerrado. Una pena, me apetecía el plan. Un beso
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