¿A qué fueron Albert Rivera a y compañía a Alsasua? Yo lo
tengo muy claro: a provocar y, de paso, a rebañar unos cuantos votos de
ciudadanos andaluces poco dados a reflexionar sobre las verdaderas intenciones
de quienes de vez en cuando aprietan las heridas aún abiertas, que son
muchas, no para hacerlas supurar, sino para que duelan.
Imaginad por un momento que Albert Rivera y compañía, qué
decepción señor Savater, en lugar de ir a Alsasua "a defender a la Guardia
Civil" hubiesen ido a Tordesillas a defender la causa animalista y a
denostar la salvajada, que otra cosa no es, de la fiesta del "Toro de la
Vega". No tengo la menor duda de que hubiesen cosechado las mismas pellas
de estiércol, los mismos abucheos, las mismas campanadas aturdidoras y quizá
los mismos palos que quienes, año tras año, fiesta tras fiesta, se la jugaban
en la localidad vallisoletana, para parar una fiesta inhumana y cruel, sin
sentido en pleno siglo XXI.
Estoy hablando, no se me malinterprete, no de lo que
defendían unos y otros, que sobre eso cada uno, supongo, tenemos nuestro
criterio formado, sino sobre el hecho de aventurarse en territorio hostil, en
un pueblo, con sus costumbres propias y sus gentes, para decirles lo que está
bien y lo que está mal y lo que tienen que hacer con sus vidas. La diferencia
entre unos y otros radica en que los animalistas se plantaban a pecho
descubierto en Tordesillas para impedir la salvaje agonía de un animal aturdido
y noble, hasta entonces libre, mientras que Rivera y los suyos se plantaron
ayer en Alsasua sin otro motivo real que el de "sonar y salir" en
Andalucía, donde, según las encuestas, ni la presencia de Inés Arrimadas o el
propio Rivera, que van allí a hablar de Cataluña y contra el PSOE, consigue
desbancar a Susana Díaz ni, tampoco, sobrepasar al PP en el parlamento andaluz.
No hacen sino seguir la impúdica tradición de la derecha
española que, para no tener que hablar de lo que hay que hablar, va me tiendo
palos en los nidos de araña y en los avisperos para despertar a los
"bichos" enfurecidos y tener así algo en que ocupar a sus posibles
votantes, estrategia que, maldita sea da beneficios a corto plazo, pese a que,
a la larga, no consiga sino enquistar si no agudizar los problemas.
Hagamos un ejercicio: señalemos de memoria cinco o seis
puntos del programa de Ciudadanos con los que podamos coincidir en mayor o
menor medida. Resulta difícil ¿verdad? Para mí es imposible encontrar uno sólo
y no me creo muy distinto de la mayoría de los ciudadanos, así en minúsculas,
con los que me cruzo. Por qué triunfan entonces las candidaturas de Rivera,
candidaturas personalistas donde las haya, de las que casi nadie recuerda dos
nombres. Sencillamente, porque la alimenta de episodios como el de
Alsasua, diseñados para, cueste lo que cueste, haya insultos o palos y mejor si
los hay, salir en los telediarios.
Los lamentables hechos de Alsasua, en los que dos guardias
civiles y sus novias fueron agredidos por una turba de "machotes"
abertzales", fueron sobradamente investigados y llevados ante la justicia,
que condeno con dureza a los responsables, aunque no por terrorismo ¿A qué
viene entonces lo de ayer? ¿A resucitar fantasmas? Dicen que lo que se convocó
fue un acto en defensa de la Guardia Civil y yo me pregunto si la Guardia Civil
necesita ser defendida. La misión de las fuerzas del orden no es ora que la de
servir al ciudadano y, pese a ello, que yo sepa no existe un solo cuerpo
policial, incluida la guardia suiza del papa, que no se vea sometido a la
crítica, cuando no al escarnio de parte de la ciudadanía y por ello gozan de
privilegios legales que bastan para defenderlos. No necesitan de estas defensas
interesadas, como la Legión no necesita de homenajes que, hoy por hoy, en
España sí merecería la joven UME.
No. El acto de ayer en Alsasua no
era sólo innecesario, sino que ha sido, además, peligroso y, cuando
menos, ha desatado todos los demonios en un lugar en el que sólo el tiempo y el
sosiego acabarán curando las heridas abiertas. El a sabiendas imprudente acto
de ayer no fue más que otro "a por ellos" contra un enemigo inventado
a mayor gloria de la testosterona nacional que tanta falta le hacen a Rivera y
otros como Rivera que nos hacen mirar la bandera, y perdón por el ripio no
buscado, para quitarnos la cartera.
3 comentarios:
Excelente artículo ...
Saludos
Mark de Zabaleta
Muy bueno.
Buena reflexión (y el sr. Savater... es de pena :-)
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