¡Qué curioso! Resulta que Pablo Casado nació en la aburrida
Palencia, que me perdonen los palentinos, amigos o no, tres semanas antes de
que Armada, Tejero y compañía se levantaran contra el poder establecido en
España con un golpe de Estado, con soldados y todo, afortunadamente frustrado,
del que la imagen que todos tenemos en la memoria, la imagen
"icónica" que diría algún indocumentado, es la de un guardia civil bigotudo,
pistola en mano, subió a la misma tribuna desde la que ayer él, enardecido
quizá por el contacto con su héroe, Aznar, mintió con todo el descaro y la
irresponsabilidad de la que fue capaz, que fue mucha, para acusar al jefe del
gobierno de España nada más y nada menos que de participar en un golpe de
Estado que sólo está en su mente calenturienta y en la de sus socios y palmeros
-sí, palmeros- que un día sí y otro también reinventan la verdad a tanto la
noticia tergiversada, la columna exagerada o la tertulia crispada y
crispadora.
Aquel golpe frustrado no tuvo consecuencias, salvo quizá la
de sumirnos en un baño de realidad que, como pude comprobar detrás del
mostrador del comercio de mi padre, acabó de golpe, nunca mejor dicho, con la
añoranza del dictador que, con aquel terrible "con Franco vivíamos mejor,
se extendía como una mancha de aceite, gracias a la maldad de algunos y la
irresponsable simpleza de otros. No las tuvo para la gente como yo, ni las
hubiese tenido para un recién nacido como él que, ni por cuna ni por edad,
hubiese tenido nada que temer.
Quiero decir con esto que la experiencia del elegido por el
PP para conducirle al futuro sobre golpes de Estado es tan de oídas como su
trabajo fin de máster. Por eso miente, por eso mintió ayer con esa alegría,
inventándose una figura, la del golpe de Estado que, sin movilizar a militares
ni gente armada, sin cambiar nada, nacería de un resultado electoral y de la
ocupación de la presidencia y la mesa del parlamento catalán para bloquear su
funcionamiento, algo parecido a lo que su hoy repudiado Aznar hizo con el
Congreso de los diputados que dirige y amordaza su compañera de partido Ana
Pastor.
Lo que les ocurre a Pablo Casado y sus mentores es que
siguen sin digerir el resultado de la moción de censura que sacó a Rajoy de La
Moncloa, que no dan por democrático un procedimiento legal y legítimo en el que
el absolutismo del PP pagó, todas juntas, las consecuencias de tanto
despotismo, de tanta inacción y de tanto desprecio. El resultado, se lo
concedo, señor Casado, puede equipararse al de un golpe que desaloja a un
tirano o lo que quiera que fuese Rajoy, pero hasta ahí los parecidos. Lo que le
ocurre a la gente que apoya al PP, a Ciudadanos y a VOX es que no conciben otro
gobierno que el de los de su clase y llevan muy mal haber perdido sin previo
aviso los cargos y los sueldos que todo cambio de gobierno conlleva.
Por eso, Casado, verbalizando un pensamiento tan bizarro,
ha pretendido colgar, con total deslealtad sin la más mínima prueba, el
sambenito de golpista, una acusación tan grave como aquella que hizo Rajoy,
acusando a Zapatero de "traicionar a los muertos" cuando trabajaba
para poner fin a ETA, que no puede más que generar odio en quien, sin pararse a
pensar en nada más que en su rencor y en su falso victimismo, elige canalizar
ese odio vete a saber cómo. Sin ir más lejos eso es lo que ocurre en todos esos
machotes que creen lo que les dicen esos otros machotes con columna de prensa
que acusan a las mujeres que eligen defender sus derechos de
"feminazis", gante a la que de vez en cuando "se les va la
mano" y matan a una.
No. No se puede mentir gratis y harían bien los tribunales
en dejar de perseguir a blasfemos y raperos para ocuparse de toda esa gente que
gota a gota, falsedad tras falsedad, palabra a palabra, pretenden cambiar la
realidad y la Historia.
Lo digo porque no sería descabellado que uno de estos
iluminados atacase cualquier día a quien han acusado de golpista y, si no lo
tiene a su alcance, a cualquiera de sus compañeros. Lo acabamos de comprobar en
Estados Unidos, donde Trump, después de meses, de años, sembrando su odio y sus
mentiras, acaba de recoger su primera cosecha de bombas, afortunadamente
detectadas a tiempo.
1 comentario:
Bien expuesto ...
Saludos
Mark de Zabaleta
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