Es evidente que el modo en que los españoles vemos a los
alemanes ha cambiado. Del mismo modo, es evidente que, desde hace tiempo, ha
cambiado el punto de vista que los alemanes tienen sobre nosotros. Ya no somos
los tipos amables y simpáticos del "Que viva España". Ahora formamos parte
del batallón PIGS que tan caro le salía a Alemania, Y digo salía, porque desde
que a nosotros nos va mal, a ellos les va muy bien, al menos en lo que a la
financiación de su deuda toca.
Ya no nos vemos igual, aunque unos y otros seguimos haciendo
los caminos trillados de otros tiempos. Nosotros para trabajar en sus fábricas
y ellos para descansar en nuestras playas y comprar a buen precio una vejez
tranquila en cualquier playa arrasada por la burbuja inmobiliaria. Seguimos
haciendo ese viaje, pero, como digo, ya no es igual. Yo mismo me he sorprendido
en un escalofrío, no sé si de envidia o de desconfianza, cuando, en un museo,
en el Rastro, en una taberna o en una playa, oigo hablar alemán en voz alta. Sé
que no es justo, sé que es absurdo, pero me pasa.
Quizá soy injusto. Quizá ellos no saben el daño que está
haciendo a este país la tozudez, la rigidez metodista de los planteamientos de
su canciller. Quizá en Alemania, como a nosotros, no les cuentan toda la
verdad. Quizá les dicen que aquí vivimos del cuento, que tomamos el sol y
tocamos la guitarra mientras atamos los perros con longanizas. Quizá les hablan
de pensiones y piensan en las suyas, en esas que les permiten comprar aquí una
casa donde vivir todo el año de vacaciones. Quizá creen que la atención
sanitaria universal no es tan importante, aunque ellos la disfruten también en
España. Quizá tampoco les parezca necesaria una política de becas que acerque
la Universidad a todos, aunque a ellos les venga muy bien contratar baratos a todos
esos titulados sin empleo que salen de ellas. Quizá pesa demasiado en ellos esa
filosofía de hormiga que se ve obligada a despreciar a las cigarras, sin parase
a pensar en más.
Todo es una cuestión de desenfoque. Desenfoque de ellos
cuando miran hacia nosotros y de nosotros cuando les miramos a ellos. Todo es
consecuencia de la deformación de la realidad que produce mirar a Europa
pensando sólo en la política interna de Alemania o mirar a España pensando sólo
en Europa y viceversa. Demasiadas de las decisiones tomadas aquí y allá se han
tomado con tan cruel desenfoque.
Angela Merkel está demasiado pendiente del calendario
electoral alemán. Decide desde una posición de fuerza que podría cambiar y, como
hacen las figuras en esas peleas coreografiadas tan propias del flamenco o de
la danza moderna, cada uno de sus gestos, cada uno de sus desplantes va
dirigido, no a quien tiene frente a sí, sino a la troupe que tiene detrás.
Lo que parece ignorar Angela Merkel es que forzar la mirada
de esa manera lleva a la aberración. El ojo que no es sino un sistema óptimo
como otro cualquiera se acomoda y se deforma y acaba por no dejar ver lo que
realmente tenemos delante. La soberbia y la rectitud metodista de Merkel le impiden
ver que, como decía esta misma mañana Javier Solana, cada vez hay menos países
europeos entre los más poderosos del mundo. También debería pensar que agobiar
de esa manara a sus socios del Sur está dejando a sus fábricas sin clientes. Y
tan malo es tratar de comprar sin tener con qué pagar, como tratar de vender sin tener a quién.
2 comentarios:
No hay duda de que si la montaña no viene a Mahoma… Y aquí está la teutónica Mahoma camino de su galega montaña y disfrutando de nuestra gastronomía y Arte mientras acicala y engalana condiciones. Porque para arte el nuestro, lástima que ahora Fomento haya tenido que abortar el encargo del cuadro de Cascos valorado en 190.000 euros, que se quedará sin acabar por el pintor Antonio López. Tal y como adelantaba ayer Ana Pastor ya que “en este momento las prioridades del Gobierno están en otros lugares”. Parece ser que el encargo de este tipo de retratos después del cese de los ministros es habitual; vamos, gastarse la friolera de 30 millones de lo que eran pesetas en inmortalizar a personajes que en la mayoría de los casos pasan a la historia con más pena que gloria.
Total que el gobierno ahora está en otros lugares, bueno es saberlo. Como en Galicia que a Feijoo se le exhortó amablemente (o no) a adelantar las elecciones, para no perder los votos de millones de pensionistas gallegos, los cuales, pasadas las elecciones y antes de las próximas navidades (que se me antojan van a ser muy tristes) verán como merman sus ya reducidas pensiones.
Willkommen Sie Frau Merkel. Ohne Aufruf übergeben.
(No lo voy a negar, estoy ya mejorando mi alemán)
Un saludo.
El retrato de Casscos sólo etndría sentido sis se hiciesa al chapapote, con un poco de pólvora de cartuchs de caza, para darle volumen
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