sábado, 4 de agosto de 2012

INCERTIDUMBRE



Me enseñaron en la facultad, pero es algo que dicta el sentido común, que la información es tanto más valiosa cuanta más incertidumbre despeja. Con esa premisa me he movido a lo largo de mis treinta y un años de profesión -curioso dato el de que Rajoy y yo comenzásemos nuestras "carreras" profesionales a un tiempo- y, partiendo de esa premisa, he aprendido que nada hay más frustrante que volver de una rueda de prensa con las manos vacías o que la mejor manera de desinformar es hacerlo con el exceso de información.
Cuando ayer, en torno al mediodía, preparando la mesa y la comida y compartiendo una cerveza, alguien puso la tele -yo no lo hubiese hecho- y pude ver en directo al presidente del gobierno de España "haciendo parapente" sobre las poco o nada mordaces preguntas de la prensa presente en esa sala en que tantas veces he estado, no pude si no sentir pena por mí y por todos mis compatriotas, porque la imagen dada por Mariano Rajoy fue la más alejada posible de lo que el país, el euro y la Unión Europea necesitan.
Estoy seguro que ese sentarse a la puerta de casa a ver pasar el cadáver del enemigo que tan buen resultado le ha dado a Rajoy, hasta ahora y en su partido, no es la mejor receta para estar en la piscina rodeados de tiburones hambrientos como estamos desde hace demasiados mese ya.
Está claro, y lo pudimos comprobar ayer mismo con la negativa de Draghi a ayudar ahora y sin condiciones a España e Italia, que las certezas, incluso las negativas, despejan incertidumbre y, al hacerlo, acotan el terreno en que se mueven los especuladores y tanto es así que ese jarro de agua fría en nuestras esperanzas o lo que dicen que deben ser nuestras esperanzas no hizo si no tranquilizar a los mercados y permitir que la bolsa subiese y la prima bajase. Pero lo de ayer fue bien distinto.
O mucho me equivoco o las dudas, los balbuceos y las enigmáticas respuestas de Rajoy a las nada inquietantes preguntas de los periodistas presentes han ampliado el campo de las incertidumbres y, por tanto, el terreno en el que los especuladores se sienten a sus anchas y capturan a sus víctimas, en este caso nosotros.
Creo que ver esa rueda de prensa fue un error, creo que era más infeliz cuando vivia indocumentado o cuando al menos no sabía que el presidente lo está -indocumentado- tanto como yo.


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