Han tardado en parir el algoritmo, pero, al final, lo han
hecho. Se trataba de mantener quitando y de subir bajando. Que me perdonen los
gallegos, pero la filosofía del asunto es muy, pero que muy, gallega. Estoy
hablando del futuro del imprescindible subsidio para parados sin prestaciones
que instauró el último gobierno socialista y que el PP quería suprimir, tal y
como manifestaron varios ministros, sin sopesar adecuadamente las consecuencias
sociales que tal medida tendría.
Ahora sabemos que se mantendrá esa ayuda que, ojo, sólo se
percibe durante seis meses y que, en principio, estaba prevista para ayudar a
quienes la perciben a buscar empleo.
A los populares no les gusta, por ejemplo, que ese subsidio
llegue a los jóvenes. Dicen que se lo gastan en hacer cursos y másteres. Es
verdad, se lo gastan en cosas inútiles. No es esa la manera de conseguir
trabajo. Que se lo pregunten, si no, al segundo de a bordo de Nuevas
Generaciones de Madrid, Ángel Carromero, que cobraba 72.000 euros anuales como
asesor del Ayuntamiento de Madrid, probablemente como probador de coches y que
ahora disfruta de unas vacaciones pagadas en Cuba como presunto responsable del
accidente en el que perdió la vida el disidente Oswaldo Payá. O al fallecido gerente
de mantenimiento de Metro de Madrid, José Manuel Pérez García, que, a sus 32
años, era responsable tan importante área de la compañía y tan irresponsable
como para saltarse todas las normas de seguridad de las cocheras y causar el
accidente en el que perdieron la vida él mismo y la niñera suiza de su hijo.
Es evidente que, con apellidos o pedigrí en el partido, los
cursos y los másteres sobran, como también sobran el sentido común y la
sensatez. Por eso consideran superfluo hacerlos. Ellos prefieren que queden a
cargo de sus padres si pueden mantenerlos. O sea aquello de "familia,
municipio y sindicato" -cristiana, pre democrático y vertical, por
supuesto- como bálsamo de Fierabrás para todo.
Está sugerencia, que probablemente se hará realidad tras el
consejo de ministros del viernes, era la sorpresa escondida tras la buena
noticia de que darían 27 euros más a los parados que tengan tres personas a su
cargo. 450 euros que, en la práctica, con la subida del IPC que conllevará la
del IVA en septiembre, van a cundir mucho menos que los 423 que recibían hasta
ahora.
Si lo miramos con distancia y frialdad, sin ponerle cara a
los subsidiados y sus familias, pensando, incluso, que puede ser nuestro caso,
nos daremos cuenta que en esto, como en tantas cosas, el Gobierno no hace sino
privatizar obligaciones y servicios, porque qué otra cosa es lo que proponen,
qué otra cosa es encomendar a las familias la protección que el Estado debe a
sus ciudadanos.
¿Pedirá este Estado incapaz de hacerse cargo de sus hijos permiso
a los padres para mandar a los jóvenes a la guerra? Espero que no nos veamos en
esa, pero, en cualquier caso, me temo que la respuesta es NO.
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