lunes, 18 de marzo de 2019

LISTAS Y TONTAS


Cuando llegaba la primavera a mi barrio, no este sube y baja de los demonios sin lluvia que no limpia el aire y desconcierta a almendros y rosales, las pastelerías de mi barrio se llenaban de rosquillas "del santo", por San Isidro, rosquillas listas y tontas que, como los churros, en los tenderetes del paseo Quince de Mayo, lo que fue "la pradera" se vendían atadas en un junco por docenas y por medias docenas y que, ahora, se venden en terribles bolsas de plástico que las preservan de las moscas, a ellas, y a nosotros del futuro.
Os aseguro que en estas tardes soleadas que a deshora estamos teniendo, incitadoras de paseos, las he echado de menos, especialmente cuando, como en este fin de semana en telediarios y radios se han dado un buen atracón de listas, pero no de éstas que satisfacen, aunque duren poco, sino de las otras, de las que siempre dejan mal sabor de boca a alguno y su digestión dura cuatro años. Me refiero, está claro, a las listas electorales, de las que este año tenemos nada menos que cuatro y, aun así, no va a haber rosquillas para todos.
Este fin de semana, los partidos lo han dedicado a presentar a sus cabezas de lista o bien a ratificar las que la síntesis de la militancia y la dirección en mayor o menor proporción han decidido una y otra, para alegría de unos, disgusto de otros y, en ocasiones, desconcierto absoluto. Ha sido una mañana de micro micrófonos al sol, valga la redundancia, en la que los dos principales partidos de la derecha han montado sus tenderetes al aire libre, para esos mítines 3.0, en los que los candidatos se pasean de aquí para allá, abriendo mucho los brazos y dando jabón al jefe, para agradecerle sus designios.
El PSOE, si no no sería el PSOE, reunió a su comité federal para entregarse, hoy como siempre, a otra nueva y distinta tragedia griega, en la que desangrarse.
En la derecha, VOX, sólo por citarlo, ha anunciado su lista para Madrid, en la que los tres primeros puestos los ocupan sus particulares "machos alfa", para asegurarse la representación en una de las circunscripciones, as conservadoras y, de paso, los sueldos. En Ciudadanos y el PP, que tanto han criticado que el seleccionador nacional de baloncesto, Pepu Hernández, sea el número uno de la lista socialista para el Ayuntamiento de Madrid, han hecho otro tanto, fichando aquí y allá, "tránsfugas" de la política, sacados las más de las veces de la basura de otros partidos, deportistas y profesionales de la empresa o de la comunicación.
De los tres partidos de la derecha, el que más se ha retratado ha sido Ciudadanos, que, con su carro de la compra, ha ido a las rebajas del Primark nacional, metiendo en él, desde corruptos imputados o en fase de ello, rebotados del PSOE y del PP, o empresarios triunfadores y sin escrúpulos, como Marcos de Quinto, ex vicepresidente de Coca Coa, que por su apellido debiera haberlo sido de una cervecera, 
pasando por el abogado del Estado que acusó a los líderes independentistas de rebelión y fue retirado del caso tras la llegada de Sánchez al gobierno, como condición, según Rivera, para el apoyo de Torra al gobierno socialista, cuando el apoyo lo tuvo Sánchez en la moción de censura, antes de poder tomar decisiones, y fueron Torra y los suyos quienes, después del relevo de Edmundo Bal, que así se llama el abogado, negaron su apoyo a los presupuestos, forzando e adelanto electoral.
Mientras, en el PP, Casado, en realidad como todos, ha decidido "no hacer prisioneros", dejando fuera de las listas cualquier tufillo "marianista" y colocando, por ejemplo, a una marquesa pija, madrileña, aunque casada con un Güell, y directiva de la analista FAES, para encabezar la lista por Barcelona. También a Juan José Cortés, padre de la niña asesinada, Mari Luz Cortés, para encabezar la lista de Huelva, insistiendo en la triste estrategia de convertir el dolor y la desgracia, como mérito para la política, destinado, como él mismo se ha encargado de anunciar, a luchar en favor de la pena de prisión permanente revisable, como si no hubiese más asuntos de los que ocuparse en el Congreso o como si Huelva no tuviese otro problema que la desgracia de su hija.
En fin y a la espera de ver por dónde evolucionan las listas y qué resultados dan en el futuro, si el populismo en su elaboración resulta o si la pureza de sangre que persiguen garantizan algo. De momento, dada la improvisación creo que estas listas, a la espera de acontecimientos, me parecen muy tontas.

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