viernes, 29 de marzo de 2019

CASADO Y LOS NEANDERTALES


Esta mañana, apenas un día después del desbarre no ya cultural sino de mera inteligencia cometido por el número dos de la lista del Partido Popular por Madrid, nada menos que el número dos, tengo que volver a preguntarme qué es lo que le pasa al PP con el aborto y, por extensión, con las mujeres. 
Parece como si la dirección del PP, Pablo Casado, Teodoro García o, ahora, el Adolfo Suárez Illana, que quiso heredar de su padre el ducado de Suárez y se lo negaron las leyes en favor de su sobrina Alejandra, tuviesen algo en contra de las mujeres. Quizá sea eso, que no están a favor de la igualdad, porque saben que, con ella, se acaban sus privilegios de varón y las sobrinas heredan los títulos.
Eso por un lado, por otro, parece como si hubiesen hecho un pacto con dios y su moral, olvidando que en unas elecciones con quien hay que pactar es con los electores y que cada vez son más las electoras que los electores y que esas electoras, lo demostraron cuando el ministro del canapé cultural, Alberto Ruiz Gallardón, se quitó la careta y quiso imponer su rancia ideología a las mujeres, ya no están dispuestas a que los hombres piensen por ellas y les impongan sus prejuicios y sus leyes.
Casado, con si sonrisa permanente de agente inmobiliario y su mentalidad de monaguillo convencido se ha rodeado de fieles, de personajes en los que pesa más la lealtad que la idoneidad. Ahí tenemos al lanzador de huesos de aceituna, Teodoro García, con su visión simplista del mundo y en particular de ese asunto, que trata de imponernos sus tesis antiabortistas y su visión del mundo, un mundo en el que el aborto no es un derecho sino una tragedia y en el que las mujeres que deciden abortar lo hacen por verse desamparadas, nunca porque quieran ser dueñas de su cuerpo y su destino. Les falta decir de ellas que son unas alocadas viciosas, más pendientes de su placer que de la vida.
Está claro que nunca han tenido que recurrir al aborto o, me atrevo a decir, que más ben han podido mirar para otro lado, dejando que las decisiones las tomasen ellas, para acabar con tan embarazosas situaciones en discretas y eficaces clínicas privadas en España o en otras en países menos anclados en una moral que ya es del pasado.
Si os digo la verdad, lo que dicen Casado y sus amigos, ser su amigo es el único mérito que se conoce de Suárez Illana, me indigna, pero tanto como me parece conveniente, para que las mujeres que se puedan ver a sí mismas o a sus hijas, hermanas o amigas en la necesidad de abortar con garantías se den cuenta de lo que podría venírseles encima si dan su voto a personajes como esos.
A veces pienso que el PP es, en manos de Pablo Casado, tan peligroso como la escopeta de Froilán Marichalar y Borbón, porque en cualquier momento puede pegarse y se pega un tiro en el pie. Es más, desde que asumió la presidencia del PP siendo el candidato menos votado en las primarias, no ha hecho otra cosa que dispararse en él, improvisando alocadamente, eligiendo la peor mercancía en el almacén del talento, y buscando los peores aliados, a los que legitima e imita, para ver como luego se revuelven contra él y le "roban" los votantes.
Pero volvamos a Suárez Illana, que, de su padre, sólo parece haber heredado una cierta prestancia y nada de su habilidad ni astucia. Ayer, en su primera entrevista como candidato, demostró lo lejos que está de su padre, algo que ya apuntó cuando se permitió "prestar" a su padre ya muy afectado por el Alzheimer, para intervenir en un mitin a mayor gloria de José María Aznar, y tuvo que abandonar la tribuna después de haberse mostrado, no podía haber sido de otra forma, confuso y abrumado.
Yo, que creo en la justicia poética, creo que hay mucho de ella en el ridículo que voluntariamente nos regaló ayer, aunque, si su padre parecía desconocer a qué iba a ese mitin, Adolfo Suárez Illana, se está dejando utilizar por Casado con plena conciencia.
Es lo que tiene rodearse de caras conocidas, de personajes famosos, no por su experiencia política, sino por otras muchas habilidades como el toreo, el tertulieo, o su desgracia. A veces pienso que Casado, que, o tiene un falcon privado o, de lo contrario, lleva dos meses sin dormir en su cama improvisa más de lo que debe en lo que dice y en lo que hace y que, quizás por eso, ha "colocado" a su amigo Adolfo en el número dos de su lista por Madrid, justo detrás de él, sin ser consciente del peligro que supone pasear por radios y televisiones y presentar en los mítines a un personaje que dice ser abogado, doctorado en Harvard, aunque quizá en el de Aravaca, y demuestra públicamente que cree posible que Nueva York haya legalizado el asesinato de recién nacidos, demostrando que, si hay neandertales, están en algunas listas, como las del PP y que él debe de ser uno de ellos.

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