Curioso país este nuestro, en el que las fachadas de los
edificios que albergan tribunales son más conocidas por quienes siguen la
actualidad a través de los telediarios que muchos monumentos y paisajes.
Curioso país en el que los niños podrían coleccionar cromos, me extraña que a
nadie se le haya ocurrido, de jueces y tribunales, en vez de hacerlo con los
rostros de los futbolistas y los escudos de sus equipos.
Vivimos en un país en el que, pese a llevar a cuestas la
peor de las famas, la justicia es siempre, si no el último recurso, sí la gran
coartada para quienes no quieren asumir sus responsabilidades y sí que sean
otros quienes las asuman por ellos. En este país, especialmente desde que
Federico Trillo asumió el papel de "trotajuzgados" del PP, llevando a
los tribunales todo aquello que su partido era incapaz de ganar en buena lid en
el parlamento, todo acaba en los juzgados, desde lo más insignificante a los
asuntos más trascendentes.
Así, por ejemplo, el estatut aprobado por el Parlament de
Catalunya, refrendado por la mayoría de los catalanes, respaldado por la
mayoría del Congreso de los Diputados y firmado por el rey Juan Carlos, acabó
en el Tribunal Constitucional que, después de años de discusión limó tanto sus
presuntas aristas que, en algunos aspectos, lo dejó más romo, incluso, que los
estatutos de Andalucía o Extremadura. Todo un triunfo para el PP que,
desaparecida la amenaza de ETA, había hecho del enfrentamiento con Cataluña su razón de
existir y la coartada para todos sus excesos. Mal asunto, porque, a veces, la
ley se queda en papel y llena de insatisfacción a quienes nos vemos sometidos a
ella.
No es la primera vez que digo que desde aquel "Pacto
por la Justicia", que, con Zapatero aún en la oposición, el luego ministro
Juan Fernando López Aguilar firmó con el PP en aras del talante, sin caer en la
cuenta de que estaba entregando a Aznar y os suyos las llaves de casi todos los
tribunales, permitiéndole sentar en ellos a "sus" magistrados a la
espera de que tan alta dignidad, ese broche en sus carreras, les fuese
oportunamente "cobrada".
Quizá por eso, por saberse bien representado en todas las
instancias, Mariano Rajoy ha dejado que todo se pudra entre sus manos, sin
tomar decisiones, sin mancharse las manos, como un Pilatos de este siglo que,
antes de sentarse a dialogar con sus adversarios, opta por llevar las disputas
a los juzgados, a sabiendas de que en ellos se alargan los plazos y se diluyen
las responsabilidades.
Lo hemos visto en todos y cada uno de los casos de
corrupción en que su partido o su gobierno se han visto implicados. Lo estamos
viendo en el Parament de Cataluña, en el que, en lugar de hablar para encontrar
soluciones, se optó por llevar ante los tribunales a los responsables del
imposible en que se ha convertido esa autonomía, con peticiones fiscales
gravísimas, legales o no, arriesgando su prisión y, por lógica, el conflicto
callejero con sus votantes. En cualquier caso, una mala, una cobarde solución,
que tardaremos años en pagar.
Lo peor es que la actitud de Rajoy ha creado estilo y ya son
muchos, lo hace cualquiera, quienes, en lugar de asumir sus responsabilidades,
optan hipócritamente por lavarse las manos en la fuente de la Justicia, en
lugar de cumplir con las responsabilidades para las que han sido elegidos. Lo
acabamos de ver en el tenebroso asunto de la Universidad Rey Juan Carlos, que
se ha dejado convertir en nido de chiringuitos clientelares, en los que, según
quién seas, previo pago de las correspondientes tasas, te envían el título a
casa, sin más esfuerzo que alguna que otra foto. Su rector, después de dar por
buena en solemne rueda de prensa la versión de Cristina Cifuentes, agobiado por
las evidencias que la desmentían puso en marcha una investigación interna, con
la CRUE como testigo o como coartada, de la que se desprende como resultado la
existencia de gravísimas irregularidades en ese y otros casos. Suficiente para
castigar, incluso con la expulsión, a los profesores responsables de la trampa.
Pero, como perro no come perro, en vez de asumir la capacidad disciplinaria que
tienen, esperarán a lo que digan los tribunales. O sea, poner a la Justicia
como coartada.
2 comentarios:
Hola, nueva seguidora; felicitaciones por blogs y publicaciones; este es el último publicado por mí: https://ioamoilibrieleserietv.blogspot.it/2018/04/recensione-serie-diabolic-s-j-kincaid.html
Si quieres te espero como lectora permanente
Gracias
Un artículo muy interesante
Saludos
Mark de Zabaleta
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