martes, 17 de abril de 2018

CIFUENTES, CON "CI" DE CINISMO


¿Se puede renunciar a lo que no se tiene? ¿Se puede devolver como si nada lo que se ha comprado a un perista? ¿Se puede recoger una medalla en una maratón después de haberse incorporado a la carrera en la última curva, fresco como una rosa? Al parecer, Cristina Cifuentes así lo cree y, cada día que pasa, se empeña en demostrárnoslo.
La todavía presidenta presidenta de la Comunidad, sólo porque el PP de Mariano Rajoy así lo quiere, sigue empeñada en demostrarnos que su cinismo no tiene límites y que tiene pánico a que sus faltas, sus pecados se vean en los juzgados. Ha bastado que el rector de la Rey Juan Carlos anuncie primero y consagre después en una Tribuna de EL PAÍS que se le retirará el polémico máster si los tribunales determinan que ha habido irregularidades en su obtención, para que, en una carta dirigida al rector se permita anunciar que renuncia a ese título y que su falta ha sido la de acceder a las facilidades que se le dieron para obtenerlo.
Hace falta tener descaro o mucho morro, como se dice en mi barrio, para pretender resolver con una simple carta esta polémica, de las más largas y con mayores consecuencias que ha vivido la política de este país, Hace falta tener mucho morro para creer que se puede seguir así, como si nada, después de haber mentido un día y al siguiente, en "las redes" o en sede parlamentaria, en la convención de su partido o en entrevistas amigas, nunca en rueda de prensa. Hace falta ser algo más que inmoral para pretender salir sin daño, después de haber dejado en las cunetas de su camino de perdición la carrera de tantos funcionarios y el prestigio de toda universidad.
Hace falta, sin duda, pero todas esas "cualidades" de Cifuentes que acabo de enumerar no bastarían si Rajoy, especialista en momificar los cadáveres de tantos muertos vivientes como hay en su partido, no hubiese tomado la decisión de darle refugio en su armario, hasta que el hedor de sus fechorías hiciese insoportable su vecindad. 
Cristina Cifuentes ha demostrado de sobra su amoralidad, anunciando querellas insostenibles para dar credibilidad a sus mentiras o exhibiendo públicamente documentos falsificados, reconstruidos dijo el director del susodicho máster, que supuestamente certificaban su defensa de un trabajo fin de máster que, ni en sueños se había producido, entre otras cosas, porque ese trabajo nunca apareció ni en sus archivos ni en los de la universidad, porque difícilmente existió. Cristina Cifuentes ha demostrado no tener el más mínimo respeto por el esfuerzo de sus compañeros ni por el de los miles y miles de universitarios que, trabajando para poder mantenerse y pagar sus matrículas, robando horas al sueño y al ocio, "cursan", ellos sí, unos estudios que, ahora, gracias a las trapacerías y mentiras de Cifuentes se han visto devaluados y arrastrados por el barro.
Cristina Cifuentes, con "ci" de cinismo, dice renunciar a un título que despreció desde la tribuna de la Asamblea de Madrid y que, si lo tuvo, fue porque lo compró con dinero y con favores. Ahora, recogerá el aplauso de sus compañeros de partido que, confundiendo la honradez con el aplomo temerario, se limitan a esperar, como en la Edad Media, el veredicto de un dios inexistente, Rajoy, rodeado de los despojos de su apática política. Lo malo, lo peor, es que estas estratagemas de Cifuentes y su partido van a surtir el efecto deseado con bastantes de sus votantes que serán capaces de ver en esta villana una heroína llena de dignidad que renuncia a lo que es suyo para no hacer más daño a su partido. Lo dicho, Cifuentes con "ci" de cinismo, lo que se merecen y, al parecer, admiran sus votantes.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Es ciertamente vergonzoso ...

Saludos
Mark de Zabaleta