lunes, 2 de abril de 2018

SÉ TODOS LOS CUENTOS


Lo escribió León Felipe, poeta maltratado por unos y por otros, lo escribió hace muchos años como reproche y advertencia, pero sigue siendo válido, sigue estando vigente: "Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto". Y lo que ha visto el poeta, lo que todos, si dejamos de lado el egoísmo y la ceguera que antes o después nos inoculan, como a ruiseñores a los que se ciega cruelmente para adornar con su canto la soberbia del amo, es que nos callan, nos ahogan, nos duermen y nos entierran con cuentos.
A los españoles nos toca ahora bracear y tomar aire para sobrevivir en el torbellino en que se ha convertido el sumidero de los "años Rajoy", años que los jardineros desalmados subcontratados por la Unión Europea han arreglado el jardín español, podando nuestro bienestar, nuestro futuro y nuestra felicidad, para acomodarlo a los gustos y necesidades del gran capital, verdadero líder europeo.
Nos han contado siempre los mismos cuentos. El del patriotismo, por ejemplo, repetido una y otra vez a los dos lados del Ebro, cuando deberíamos saber, los de aquí y los de allá, que el patriotismo no es más que otro cuento, con distintos protagonistas, en distintas lenguas, que nos cuentan los ricos, los poderosos, para que el resto, los demás, las víctimas de ésta y otras crisis, defendamos con nuestras lágrimas y nuestra sangre sus riquezas.
Siempre nos cuentan los mismos cuentos y no debemos creerles, porque es más lo que tienen en común un obrero de la SEAT o un jornalero andaluz, Rajoy o Puigdemont, que lo que une a ese obrero o ese jornalero con el ex president encarcelado o con el gallego impasible. Nos distraen con los cuentos de héroes, cristos y banderas, mientras meten sus manos en nuestros bolsillos para, con sus triquiñuelas, quedarse con lo que es nuestro.
Hace menos de una semana, Los de Albert Rivera y los de Rajoy competían por llevarse al agua el gato de esos mágicos presupuestos, en los que, con rebajas fiscales increíbles, con menos impuestos y con menos españoles pagándolos, se iba a repartir más riqueza, se iban a fomentar la natalidad, la conciliación y no sé cuántas cosas más.
Se nos dijo también con firmeza, nos lo dijo ella, sin rubor y casi de madrugada, que lo del máster de Cristina Cifuentes era una cacería, porque la presidenta madrileña, que debe tener el don de la ubicuidad, había ido a clase, había hecho los exámenes y los trabajos y tenía papeles para acreditarlo.
Pero las mentiras tienen las patas muy cortas y ésta es la hora en que la presunta inocente que preside la Comunidad de Madrid aún no ha presentado nada y quien ha tenido el tiempo y la paciencia necesarios para estudiarlos ha podido comprobar que, en los presupuestos aún por aprobar n hay magia alguna sino falacias y muchos "quítame de aquí para ponerme allá", siempre en perjuicio de los de abajo y a favor de los de arriba, porque ellos, el gobierno y los de arriba tienen y , si no hacemos algo, seguirán teniendo muy claro que lo suyo es sólo de ellos y lo de los demás, de todos.
Tenemos que aprender, de una vez por todas, que, cuando nos dicen a bombo y platillo que nos bajan los impuestos, aún a costa de aumentar el déficit, si es que tal rebaja es efectiva, lo hacen para justificar que se los bajan, esta vez sí, de manera efectiva a sus amigos los ricos, sean los de la casa de Alba o multinacionales.
Que no nos engañen otra vez, ya lo han hecho muchas veces, Por eso, aprendamos la lección del poeta que hace ya mucho escribió "Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos... y sé todos los cuentos".

2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Buen artículo ...

Anónimo dijo...

Comparto la definición.
Buena parte de responsabilidad, tenemos los ciudadanos, que a pesar de lo visto una y otra vez,...les seguimos dando nuestra confianza y credibilidad.
¿Qué más,..tenemos que ver ?